jueves, 7 de mayo de 2009

TARZÁN


Es prácticamente imposible encontrar algún habitante de nuestro planeta que no sepa quién es Tarzan, el Rey de la Selva. Es que esta creación literaria de Edgar Rice Burroughs está considerada dentro de un selecto grupo de élite de personajes de ficción que más veces han sido llevados a la pantalla (junto a Sherlock Holmes, Dracula y Frankenstein) y ha pasado con éxito por todos los medios de entretenimiento. El padre de la criatura, el citado Burroughs, nació en Chicago, el 1° de septiembre de 1875, hijo de un ex-coronel de caballería durante la guerra de Secesión norteamericana, poseedor entonces de una destilería de alcohol industrial. Por esas cosas, Edgar decidió convertirse en escritor recién a los 36 años, adoptando el seudónimo de Norman Bean. El primer fruto de su inventiva fue John Carter, viajero de Marte, en formato de folletines recopilados en la revista “All Story Magazine”. El éxito alcanzado, provocó en los lectores una ingente demanda por más historias: así, Burroughs concibió más aventuras fantásticas en universos fabulosos: David Innes en Pellucidar y Julien en la Luna. La gente no quedaba satisfecha: entre diciembre de 1911 y mayo de 1912, el autor redondeó el vehículo introductorio del que sería su mayor suceso: “Tarzan of the Apes” (Tarzan de los Monos). El nuevo héroe, era el hijo de un aristócrata inglés, Lord Greystoke, abandonado por accidente en la jungla africana y criado por un grupo de simios, que le traspasaron todos los secretos selváticos. Consciente de su linaje y rescatado en su juventud, Tarzan volvió a la civilización. Pero este ya no era su mundo. Su vida estaba en la sabana, en la espesura de la inexplorada selva del continente negro. Así, abandonó todo y regresó a su lugar para asumir su reinado en esa naturaleza salvaje y primitiva. El efecto en el público fue arrasador: la demanda por más relatos de Tarzan de los monos no tuvo fin. A través del tiempo, su figura desfiló por el cine mudo y el sonoro con largometrajes y seriales, novelas y antologías literarias traducidas a 33 lenguas o dialectos incluído el braille, historietas en diarios y revistas, shows radiofónicos, series de TV, dibujos animados, y toda otra forma imaginable, abarcando también los nuevos medios tecnológicos. Tarzan tuvo hasta un radioteatro en nuestra Radio Splendid en los ’50, con César Llanos, Mabel Landó y Oscar Rovito, integró en algún momento la troupe de Titanes en el Ring y fue nombrado por Edmundo Rivero en uno de sus tangos. Todas estas diferentes versiones han tomado como base la obra de Burroughs, acercándose o alejándose según el caso, de la fuente original. En el ámbito de los comics, se destacan dos excelentes artistas que aportaron su talento para convertirlo en un clásico del género: Hal Foster y Burne Hogarth. Su traspaso al cine se produjo bien antes del advenimiento del sonoro: Elmo Lincoln, el primer Tarzan de la pantalla, protagonizó Tarzan of the Apes en 1918, contando con la aprobación de su autor. Ese mismo año encabezó The Romance of Tarzan, y en 1921 un serial de 15 episodios: The Adventures of Tarzan. Otros cuatro oscuros actores se repartieron la responsabilidad del papel, antes de llegar al Hombre Mono más famoso de todos los tiempos: Johnny Weissmuller. Ellos fueron Gene Pollar (20), P.D. Tabler (20), James Pierce (27) y Frank Merrill (28 y 29, el primero que hizo sonar el famoso “Grito de Tarzan”). Weissmuller, nacido en 1904, había ganado más de 50 Campeonatos de Natación en Estados Unidos y fue medallista olímpico en 1924 y 1928, obteniendo cinco perseas doradas. Estrenó el taparrabos tarzanesco en 1932 en Tarzan the Ape Man, con Maureen O´Sullivan (madre de Mia Farrow) como Jane, y Neil Hamilton (mucho antes de ser el Comisionado Fierro del Batman de Adam West). Weissmuller estableció un modelo de Tarzan salvaje y monosilábico, con un lenguaje rudimentario pero un buen corazón, altísimas dosis de arrojo y heroísmo, capaz de las más asombrosas proezas y con total dominio de la vida selvática hasta sus últimos rincones. Su hegemonía como el más popular Tarzan cinematográfico se extendió hasta 1948, con 12 películas para la MGM. Contemporáneamente, otros estudios buscaron terciar con otros actores como Buster Crabbe (recordado por sus seriales como Flash Gordon y Buck Rogers) en 1933, Herman Brix en 1935 y Glen Morris en 1938, sin inquietar al imponente Johnny. Cuando los años, el cansancio y el exceso de alcohol hicieron estragos en Weissmuller, la continuidad del héroe en la MGM pasó a manos de Lex Barker con cinco films no muy destacables entre 1949 y 1953. Tras su matrimonio con Lana Turner, Barker emigró a Europa y llegó a trabajar para Fellini en La Dolce Vita (58). Su reemplazante fue Gordon Scott: era como que no se podía estar por aquellos años sin películas de Tarzan, aunque los argumentos fueran casi calcados o perdieran progresivamente el sentido, cada vez más lejos de la idea de Mr. Edgar. Así, Scott interpretó al personaje en seis películas, entre 1955 y 1960. Otros Tarzanes esporádicos de entonces fueron Denny Miller (59), Jock Mahoney (62 y 63) y Mike Henry (66, 67 y 68). En otras partes del mundo, como España, Italia y hasta Turquía, se rodaron varios films extraoficiales, rescatando algunas características pero cambiando ligeramente los nombres para eludir el pago de regalías. Hasta los años ’80 no hubo nuevos Tarzanes en el cine. Recién en 1981, el productor John Derek estrenó Tarzan the Ape Man, como vehículo para el lucimiento del físico de su mujer, Bo Derek, con un mediocre Miles O’Keefe como El Hombre Mono. En 1984, la película Greystoke: The Legend of Tarzan, Lord of the Apes, rescató las raíces del ya mítico personaje, constituyéndose en una de las más fieles adaptaciones de la obra de Burroughs y una de las más logradas a nivel artístico, con Christopher Lambert (Highlander) en el rol principal. Posteriormente, en 1998 Casper Van Dien (Starship Troopers) le dio vida de nuevo en Tarzan and the Lost City. Finalmente, los estudios Disney decidieron que Tarzan encabezara en 1999 un largometraje animado, con la voz de Tony Goldwin al frente del reparto, y otras célebres intervenciones vocales a cargo de Glenn Close, Minnie Driver, Rosie O’Donnell, Brian Blessed y Lance Henrikssen.

TARZAN EN LA TV:

A mediados de los ’60, las películas de Tarzan seguían su ritmo sostenido en el cine y ya era hora de que saltara a la TV con una serie propia. El productor Sy Weintraub seleccionó a Mike Henry para un nuevo film, Tarzan and the Valley of Gold, con la intención de que sirviera como introducción al programa televisivo. Henry, nacido en 1937, había jugado profesionalmente al fútbol americano antes de optar por la actuación. Su protagonismo en la serie estaba cantado. Sin embargo, un accidente en la filmación torció su destino: uno de los chimpancés lo mordió y el actor entabló una demanda contra Weintraub por daños y perjuicios. Este conflicto hizo que fuera separado del proyecto. En su reemplazo, el productor eligió a Ron Ely, quien había tenido un rol prominente en la serie The Aquanauts (60-61). El ciclo debutó por la cadena NBC el jueves 8 de septiembre de 1966 a las 19:30, pasando luego a los viernes y teniendo como oponentes en su horario a El Avispón Verde (ABC) y Jim West (CBS). Ely era poseedor de un físico aceptable pero no imponente, sin una marcada musculatura como algunos de sus predecesores.

ARTÍCULO COMPLETO EN EL #36 DE LA REVISTA "UNDER COVER" - ENERO/FEBRERO 2003

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